El
Modernismo
surge en el último cuarto del siglo XIX primero en Hispanoamérica y
después en España. Es un movimiento de renovación que se
manifiesta en todos los aspectos de la vida. Rubén Darío lo
consolida con la publicación de Azul
en 1888. Es
un
“arte sincrético”,
en el que se entrelazan armónicamente diversas corrientes. Se
considera, una manifestación del espíritu que implica una
determinada actitud vital: “es la forma hispánica de la crisis
universal de las letras y del espíritu”. Los modernistas
persiguieron la innovación formal, concibieron la palabra como un
instrumento para crear belleza; por este motivo prefirieron la poesía
y renovaron la métrica. En sus obras dominan los tonos tristes y
melancólicos.
El Modernismo
hispánico
es una síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo. De los
parnasianos toma la concepción de la poesía como bloque marmóreo,
el anhelo de perfección moral, los temas exóticos, los valores
sensoriales. Y de los simbolistas, el arte de sugerir y la búsqueda
de efectos rítmicos dentro de la variada musicalidad.
Algunas
de sus peculiaridades son una menor brillantez externa, un
predominio del intimismo, menos sonoridades y menos alardes formales.
Todo ello se resume en menos parnasianismo y más simbolismo, unido
todo ello a la influencia de Bécquer. En cuanto a la evolución del
Modernismo en España encontramos que la mayoría de los modernistas
importantes buscaron pronto un nuevo camino, en el que se
eliminaba la ornamentación externa para tender a una mayor
profundidad. Así los procedimientos aprendidos en Darío se
aplicaban a la creación de una poesía triste, melancólica e
introspectiva, con una visible influencia del intimismo becqueriano.
Los autores modernistas más destacados son Salvador Rueda, como
precursor del movimiento; Manuel Machado (Cante
hondo);
Juan Ramón Jiménez, en su primera etapa (Jardines
lejanos);
Valle-Inclán (Aromas
de leyenda)
y Antonio Machado (Soledades,
galerías y otros poemas).
Otra
cuestión que se plantea con respecto al Modernismo español es su
relación o antagonismo con la generación
del 98. Las opiniones de los críticos son diferentes. Algunos como
Salinas opinan que ambos movimientos nacen de una actitud de
insatisfacción ante la literatura de aquella época. Los autores
noventayochistas trataron temas filosóficos, existenciales y
religiosos; denunciaron la pobreza española. El tema de España les
preocupó en gran manera. Dieron importancia al contenido frente a la
forma, buscaron la sencillez y la efectividad del mensaje. Los poetas
más destacados de la Generación del 98 son Miguel de Unamuno,
Valle-Inclán y Antonio Machado (Campos
de Castilla)
En
conclusión, la situación que
vive España a
finales del s.XIX,
el
caos
social y la pobreza cultural habían originado un profundo
descontento, principalmente entre los intelectuales. Ante esta
situación, agravada por el desastre militar de ultramar, despierta
una conciencia
de la necesidad de regeneración. Había un objetivo único y
fundamental: cambiar la vida española, buscando las causas
principales de la dolorosa realidad.
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