NARRATIVA DE LOS AÑOS 40 Y
50
Al finalizar la Guerra Civil se inicia la dictadura franquista, hecho
que supuso una interrupción en la evolución literaria debido al
exilio o muerte de los intelectuales y a la instauración de la
censura. El aislamiento produjo una desvinculación con la narrativa
extranjera; por ello, los novelistas buscan un nuevo camino y
desarrollan nuevas tendencias. Se tratan temas como la soledad, la
inadaptación, la muerte y la frustración; sus personajes son seres
marginados y desarraigados.
Así pues, encontramos la novela triunfalista que defiende los
valores tradicionales (la familia, la patria y Dios) justificando la
Guerra Civil y culpando de sus consecuencias a los vencidos, como
aparece reflejado en la obra de Agustín de Foxá Madrid de corte
a checa. Otra tendencia que se desarrolla en este período en el
realismo tradicional que se centra en el análisis de carácter y
comportamiento de los personajes a partir de las técnicas realistas
del siglo XIX, en la que destacan J.A. Zunzunegui quien plasma en sus
obras la preocupación por la degradación de la burguesía o Ignacio
Agustí que plantea la evolución de la burguesía catalana en
Mariona Rebull.
El tremendismo es una nueva
tendencia iniciada por Camilo José Cela con La familia de
Pascual Duarte, en la que se
presenta el mundo rural con una visión descarnada, con personajes
violentos, etc. , revela malestar y amargura. Y finalmente, la
novela existencial iniciada con la publicación de Nada
de Carmen Laforet y continuada con La sombra del ciprés es
alargada de Delibes; obras en
las que se refleja la angustia existencial y la frustración.
La década de los 50 se inicia
con el auge de la novela, además la censura se relaja, hecho que
facilitará la aparición de obras con denuncia social que
desembocará en una nueva tendencia: el realismo social caracterizado
por el uso de una técnica objetivista, el personaje colectivo y una
estructura fragmentada. Tratará temas como la injusticia, la
marginación o la emigración. Los autores más destacados serán
Carmen Martín Gaite (Entre visillos),
Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama),
Luis Goytisolo (Las afueras)
y C. J. Cela (La colmena).
La publicación de La colmena de Camilo José Cela supondrá una
renovación narrativa en cuanto a la estructura y estilo. El narrador
en tercera persona interviene y opina, aparece el personaje colectivo
y la obra se estructura en secuencias sin orden cronológico con
predominio de del diálogo.
En conclusión, en el panorama de la narrativa de posguerra, aunque
en un principio surgieron obras que ensalzaban el nuevo régimen,
paulatinamente fueron apareciendo obras que reflejaban la realidad
hasta desembocar en el realismo social que perduró hasta el comienzo
de los años 60.
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