LA POESÍA
DE FINALES DEL S.XIX Y DEL S.XX
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1.
MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL
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1.1
SITUACIÓN HISTÓRICA
Desde
finales del siglo XIX, crecen las críticas a la política de la
Restauración : caciquismo, desequilibrios sociales, etc. Aunque este
clima de descontento es anterior a 1898, año de la pérdida de las
últimas colonias, es habitual hablar del desastre del 98 como
símbolo del período, adquiriendo connotaciones ambivalentes:
algunos intelectuales identificaron esta fecha con decadencia,
pesimismo y anhelos regeneracionistas, otros sectores valoraron
positivamente la independencia de las colonias como un proceso de
liberación nacional de dichos pueblos y como un alivio para nuestra
sociedad. A partir de entonces, salen a la luz los problemas reales
coincidiendo con el nuevo siglo, el XX, con constantes cambios de
gobierno, frustrados intentos de regeneración y desconfianza en los
políticos.
Así
pues en el panorama político de la España de finales del siglo XIX
y principios del XX cabe destacar los siguientes acontecimientos:
- Ruptura del período de paz y estabilidad iniciado con la Restauración borbónica.
- Pérdida de las últimas colonias en 1898. El final del enfrentamiento con EE.UU. Supuso la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
- Inicio del reinado de Alfonso XIII. Después del desastre del 98, el gobierno llevó a cabo algunas reformas para regenerar el sistema. La inestabilidad política contribuyó al fracaso de dichas reformas.
- La crisis del régimen se agudizó y condujo, en 1923, a la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
- En 1930, Primo de Rivera dimitió. El sentimiento republicano fue en aumento y en las elecciones municipales de 1931 triunfaron los partidos de izquierda. Este hecho condujo al rey Alfonso XIII al exilio y el 14 de abril se proclamó la II República.
1.2.
SITUACIÓN SOCIAL
A
pesar de la Revolución Industrial que experimentaba el resto de
Europa, España seguía teniendo una
economía fundamentalmente agraria.
En 1910, la población agraria representaba un 66% del total. Las
técnicas agrícolas eran anticuadas y en Andalucía la existencia de
grandes latifundios perjudicaba a la gran masa de jornaleros, que
sufría el paro y tenía un nivel de vida muy precario. Por estos
motivos, las zonas rurales fueron foco de inestabilidades
sociales
en el sur de España.
En
nuestro país el movimiento obrero cristalizó en dos corrientes: el
socialismo y el anarquismo. El socialismo se formó en torno a Pablo
Iglesias, fundador
en 1879 del
Partido Socialista Obrero Español ( PSOE) y
en 1888 de
la Unión General de Trabajadores (UGT).
El
anarquismo
se dio a conocer en las revueltas
campesinas y en los atentados de Barcelona
de finales del siglo XIX, aunque o consiguió tener gran influencia
hasta la creación
en 1911 de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Las
zonas industrializadas se concentraban en Cataluña y País Vasco.
La burguesía inauguró un nuevo estilo de vida basado en la
ostentación: construyen segundas residencias y van de veraneo a la
costa. En Cataluña, esta clase financió el arte modernista.
España
se vio afectada por movimientos migratorios interiores que hicieron
aumentar los habitantes de las grandes ciudades como Madrid,
Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao. Estos emigrantes procedían de
las zonas rurales (Galicia, Aragón, Castilla, Navarra y Canarias).
La emigración al extranjero (Argentina, Brasil y Francia) fue
también notable.
1.3
ASPECTOS IDEOLÓGICOS.
La
filosofía en esta época está marcada por dos corrientes: el
vitalismo de Nietzsche y el psicoanálisis de Freud.
Nietzsche lleva a cabo una crítica de la religión y de la cultura,
y defiende un cambio
de valores.
Crea la noción del superhombre, que implica inconformismo con todo
lo tradicional. Freud cree que en el inconsciente, influido por la
sexualidad, se halla la explicación de la conducta humana.
- El Regenaracionismo: Es el antecedente inmediato del noventayochismo, pero más está vinculado con la política que con la literatura. Sus ideas apenas afectan a la literatura, pero son un preludio de las preocupaciones de los autores del Grupo del 98. En las obras de los regeneracionistas encontramos una terminología médica que se corresponde con su idea de que España está enferma y necesita una curación rápida. Proponen soluciones concretas, pero entonces un tanto utópicas, como la construcción de embalses, la reforestación o el impuesto único. Tuvo cierto eco en las clases medias de profesores, comerciantes e industriales. Se entrevé en este movimiento la defensa de un autoritarismo que se concreta en la idea de Joaquín Costa de apelar a un cirujano de hierro que resolviera los problemas de España.
Su
figura más destacada fue Joaquín
Costa (1844-1911)
su actividad abarcó múltiples frentes: la educación, el campo
(Colectivismo
agrario de España,
1898), la política (Oligarquía
y caciquismo,
1901) Criticó
la situación política española y denunció la incultura y el
atraso españoles. Propuso incentivar la educación y la
europeización del país. Influyó en el clima de la época, aunque
no pudo ver la realización de sus propuestas.
1.4.
SITUACIÓN CULTURAL
Toda
la cultura europea de finales del siglo XIX refleja un clima de
desorientación espiritual relacionado con el existencialismo;
es
el malestar de la llamada “crisis de conciencia europea de fin de
siglo”. En España, esa inquietud se refleja en la cultura a través
del modernismo y la llamada Generación del 98. Ambas corrientes
comparten rasgos sociales, políticos, artísticos y éticos que, a
su vez, son comunes a otros movimientos europeos. En el pensamiento
revelan la huella del vitalismo de Nietzsche, del existencialismo de
Kierkegaard y del pesimismo de Schopenhauer; y en el arte, reciben la
influencia del impresionismo, del simbolismo y de autores como
Tolstoi, Dostoyevvski, Ibsen o Maeterlinck.
El
período que nos ocupa se ha venido a denominar la Edad
de Plata
por el esplendor artístico y literario. En literatura, se desarrolla
la obra de los escritores
de fin de siglo, los novecentitas y el grupo del 27.
En
el ámbito
científico
español destacan: Santiago
Ramón y Cajal,
galardonado con el premio Nobel por sus investigaciones sobre el
sistema nervioso; el oftalmólogo Ignacio
Barraquer; y Juan de la Cierva,
inventor del autogiro, precursor del helicóptero.
En
el terreno pedagógico
sobresale el impulso renovador propiciado por la Institución
Libre de Enseñanza,
fundada por los hermanos Giner
de los Ríos
(1876) Esta institución , que funcionó hasta 1939, practicaba una
pedagogía progresista que influyó en la vida intelectual de España.
A principio del siglo XX, España tenía un índice de analfabetismo
de un 63%. Durante la II República se construyeron centros escolares
y se produjo un aumento de maestros.
Se
trata de un período en el que confluyen diversos movimientos
artísticos:
- Impresionismo: movimiento fundamentalmente pictórico que se desarrolló en Francia en el último tercio del siglo XIX. Presentaba las figuras desintegradas a través de manchas de color. Pretendía captar las formas, la luz y los colores cambiantes. (Joaquín Sorolla, Santiago Rusiñol)
- Esteticismo: se fomenta la artificiosidad frente a la naturaleza.
- Decadentismo: desprecio hacia la civilización occidental degradada. La vida es un abismo y está llena de inseguridad y miedo.
- Misticismo: forma extrema del irracionalismo, ayudado por el alcohol y las drogas.
- Prerrafaelismo: se inspiraban en temas medievales e idealizaban temas legendarios e históricos, así como la delicadeza de la figura femenina.
2.
GRANDES CORRIENTES ESTÉTICAS:
SIMBOLISMO
Y PARNASIANISMO.
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Las
corrientes que marcan la pauta literaria de la segunda mitad del
siglo XIX, además de la huella dejada por los románticos, son el
Parnasianismo
y el Simbolismo.
La renovación poética fue cada vez más intensa a partir de 1880.
Dicha renovación que los movimientos de vanguardia iban a imprimir
en el arte del siglo XX tiene sus antecedentes en el Simbolismo y el
Impresionismo que suprimen de la literatura todo rastro de realismo
burgués decimonónico y de naturalismo cientificista.
El
Parnasianismo
debe su nombre a la revista Le
Parnasse contemporain
(1866). Su maestro es Théophile Gautier (1811-1872), con su “Arte
por el Arte”. Se instaura el culto a la perfección formal, el
ideal de una poesía serena y equilibrada, el gusto por las líneas
puras y “escultóricas”. La máxima figura es Leconte de Lisle
(1818-1894). Su obra es ejemplo del Parnasianismo. Destaca su gusto
por temas que reaparecerán con el Modernismo: los mitos griegos,
ambientes orientales exóticos, lo medieval...
El
manifiesto de J. Moréas (1886) inició la
escuela simbolista
que se consideraba “enemiga de lo didáctico”. Es una corriente
de idealismo poético que arranca con Las
flores del mal
(1857) de Baudelaire y que tuvo en Verlaine, Rimbaud y Mallarmé sus
máximos exponentes.
Los
simbolistas se alejan del academicismo en que cayeron los
parnasianos; no se contentan con la belleza externa ni con la
perfección formal. Se proponen ir más allá de lo sensible: para
ellos la realidad encierra significaciones profundas o afinidades
insospechadas con los estados de ánimo. Y la misión del poeta es
descubrirlas y transmitirlas al lector. Se sirven, para ello de
símbolos que dan nombre al movimiento. Por ejemplo: el ocaso
simboliza decadencia o muerte; el camino, vivir; un sauce, tristeza,
etc.
El
Simbolismo es un arte que se propone sugerir todo cuanto está oculto
en el fondo del alma o de la alma de las cosas. A este arte de la
sugerencia no le convienen las formas escultóricas, sino un lenguaje
fluido y musical.
3.
LA EDAD DE PLATA (1898-1939):
MODERNISMO, GENERACIÓN DEL 98 Y NOVECENTISMO.
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3.1. MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
Algunos
estudiosos defienden la oposición entre Modernismo y Generación del
98, otros niegan que exista una Generación del 998 diferenciada del
Modernismo y otros apuntan matices intermedios.
Hoy
ya no se acepta la radical distinción entre ambos movimientos, sino
que se prefiere hablar de literatura de fin de siglo o finisecular
para cubrir el período comprendido entre 1890 y 1910
aproximadamente. Noventayochistas y modernistas coincidieron en el
rechazo al positivismo, el naturalismo narrativo, el drama romántico
y al poesía tradicional, y en una rebeldía que se difundió en los
mismos medios. Algunos temas son comunes: la insatisfacción con la
literatura de la época, la rebelión contra la estética dominante,
el deseo de cambio. Hay diferencias entre unos y otros, pero también
coincidencias, y un escritor puede ser en unas obras modernista y en
otras noventayochista, como sucede con Valle-Inclán. Otros empezaron
siendo modernistas, pero evolucionaron después como Juan Ramón
Jiménez o Antonio Machado.
Al
abordar la literatura de fin de siglo estudiaremos modernismo y
noventayochismo.
3.1.1 El
Modernismo:
Surge
en el último cuarto del siglo XIX primero en Hispanoamérica y
después en España. Es un movimiento de renovación que se
manifiesta en todos los aspectos de la vida (política, científica,
etc.) pero principalmente en las artes (pintura, literatura, etc.).
Como ha demostrado la crítica son dos cubanos, José Martí y Julián
del Casal , un mejicano, Manuel Gutiérrez Nájera, y un colombiano,
José Asunción Silva, quienes inician el movimiento. Y es un
nicaragüense, Rubén Darío, el que lo consolida definitivamente a
partir de la publicación de su libro Azul
en 1888.
El
Modernismo se manifiesta como una actitud vital de rebeldía y un
afán de renovar todos los ámbitos de la vida del arte. Como
movimiento estético, el Modernismo se relaciona con el mundo de la
bohemia, que implica el rechazo de las normas sociales y morales, la
automarginación, el gusto por la provocación y el desprecio por la
vulgaridad y la mediocridad.
En
lengua castellana, el Modernismo se expresó principalmente a través
de la literatura, sobre todo, la poesía.
Los
Modernistas tienen
una visión nueva del mundo, son cosmopolitas, ciudadanos del mundo.
El poeta se siente un ser superior, algo así como un aristócrata.
Se evade de la realidad, al pasado, con la presencia indígena,
Oriente exótico,el pasado hispano. Introduce la musicalidad formal
(la métrica, la literatura extranjera, léxico preciosista).
Realiza una literatura de los sentidos, a partir de símbolos y
adjetivaciones, metáforas sugerentes, colores.
EL
MODERNISMO ESPAÑOL.
La
segunda visita que Darío realiza a España va a tener gran influjo
en las letras españolas. Es muy interesante la relación con
Villaespesa y JRJ, los cuales, junto con Salvador Rueda, mantenían
amistad epistolar con otros modernistas hispanoamericanos.
En
1900 el modernismo se había extendido en España, aunque ya con
anterioridad a Rubén Darío en las revistas literarias españolas
aparecían traducciones de parnasianos y simbolistas franceses:
Baudelaire, Verlaine y Heredia. También existían tertulias de
ambiente modernista, como las de “El gato negro” y el “Lion
d’Or”, donde se recitaba a los nuevos poetas hispanoamericanos.
Algunos
críticos, como Brown, consideran que el modernismo español debe
mucho más a Verlaine que a Darío. Algo en lo que coinciden varios
críticos es en señalar que esta renovación de la ideología y de
la expresión literaria chocaba con un rasgo predominante en la
literatura española de todos los tiempos: el tradicionalismo.
En
cuanto a la evolución del modernismo en España encontramos que la
mayoría de los modernistas importantes buscaron pronto un nuevo
camino, en el que se
eliminaba la ornamentación externa
para tender a una mayor
profundidad.
Así los procedimientos aprendidos en Darío se aplicaban a la
creación de una poesía triste, melancólica e introspectiva, con
una visible influencia del intimismo
becqueriano.
Algunas
peculiaridades del Modernismo español que cabe destacar son una
menor brillantez externa, un predominio del intimismo, menos
sonoridades y menos alardes formales. Todo ello se resume en menos
parnasianismo y más simbolismo, unido todo ello a la huella dejada
por Bécquer.
Otra
cuestión que se plantea con respecto al modernismo español es su
relación o antagonismo con la generación del 98. Las opiniones de
los críticos son diferentes. Algunos como Salinas opinan que ambos
movimientos nacen de una actitud de insatisfacción ante la
literatura de aquella época, pero sin embargo hay una serie de
diferencias entre ambos, por lo que se trata de dos escuelas
distintas.
Tres
autores españoles fueron los que mejor representaron la corriente
premodernista en España: Manuel Reina, Ricardo Gil y Salvador Rueda.
- Características:
La
característica fundamental que define al Modernismo es la
preocupación
por los valores formales.
El artista modernista se esmera en buscar nuevos caminos de expresión
que conduzcan al logro de la belleza. Por esta razón, se da una
especial importancia al valor de la palabra, tanto de su significante
como de su significado. El léxico modernista se puebla de arcaísmos,
cultismos, neologismos, extranjerismos.
Los
poetas modernistas procuran las mayores innovaciones
métricas.
Experimentan nuevos ritmos y metros con una gran libertad acentual.
Ensayan combinaciones de versos hasta entonces poco usuales, creando
nuevas estrofas.
El
refinamiento
y la exquisitez
también se dan en temas, motivos, ambientes y personajes. Cantan a
los héroes clásicos o alas grandes figuras literarias del
Renacimiento. Nos hablan de palacios de mármol donde habitan regios
personajes rodeados del mayor lujo (oro, piedras preciosas, sedas,
encajes, terciopelos, etc.); nos describen bellos y frondosos
jardines en los que vemos aparecer cisnes y pavos reales, sátiros y
centauros.
Esta
inclinación hacia lo aristocrático no es sino un indicio más del
escapismo
de la literatura modernista, que enlaza con el gusto por lo exótico.
El escritor, descontento del mundo en el que le ha tocado vivir,
mundo falto de belleza y de heroísmo, huye hacia otras épocas y
lugares.
Otras
características de la literatura modernista son la frivolidad
existente y una cierta complacencia en los aspectos
sensuales y eróticos de la vida.
Aunque
el Modernismo tiene en España un desarrollo peculiar, podemos decir
que hay un grupo de escritores, principalmente poetas, que desde muy
pronto adoptan las nuevas formas literarias que vienen de América.
En algunos el movimiento modernista se manifiesta de forma patente en
casi toda su producción y en otros sólo se da de forma muy especial
en parte de su obra. El modernismo español no es tan exuberante en
la forma y tan exótico en los temas como el hispanoamericano.
a)
Influencias:
- De los románticos, especialmente Bécquer y Rosalía de Castro, procede la actitud de rechazo de la realidad, el individualismo y el subjetivismo, así como la preferencia por ambientes decadentes y temas existenciales.
- De la poesía francesa es, en gran medida, una síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo. De los parnasianos toma la concepción de la poesía como bloque marmóreo, el anhelo de perfección moral, los temas exóticos, los valores sensoriales. Y de los simbolistas, el arte de sugerir y la búsqueda de efectos rítmicos dentro de la variada musicalidad. El Modernismo es un “arte sincrético”, en el que se entrelazan armónicamente diversas corrientes.
- Del Modernismo americano recoge la brillantez y la sensualidad, especialmente de Rubén Darío.
Todos
estos influjos derivan del desapego de la tradición española.
b)
Temas.
- El rechazo y el desarraigo del presente, que resuelve mediante la evasión o el intimismo.
- Las preocupaciones existenciales: la angustia y el anhelo de aniquilar la conciencia que produce dolor y sufrimiento.
c)
Estilo.
El
Modernismo supuso una profunda renovación de la métrica (uso de
estrofas y versos poco usuales: dodecasílabos, alejandrinos,
combinaciones de pie quebrado, verso libre...), del lenguaje y de los
recursos expresivos. En conjunto, la literatura es muy sensorial; la
musicalidad, el cromatismo y la plasticidad se logran a través de
procedimientos variados:
- mediante los recursos fónicos, se experimenta con la distribución de los acentos, las rimas internas, aliteraciones, anáforas, paralelismos...
- El léxico se enriquece con palabras cultas, exóticas o sugerentes y con abundante adjetivación.
- Los recursos más característicos del Modernismo son los símbolos sugerentes, la sinestesia, que mezcla diversas referencias sensoriales.
- Los géneros preferidos son la lírica y la prosa poética.
Entre
los escritores modernistas destacan: Antonio Machado, Manuel
Machado, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán, Salvador Rueda y
Francisco Villaespesa.
3.1.2.
LA GENERACIÓN DEL 98:
La
denominación de Generación del 98 se divulga hacia 1913, a partir
de unos artículos de Azorín y de Ortega y Gasset. Con este nombre
se refieren a un grupo de escritores que, en su juventud, expresaron
su profundo malestar ante la sociedad de la Restauración y
proclamaron la necesidad de cambio sociales , culturales y
estéticos; estos autores son Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramiro
de Maeztu, Rubén Darío, Ramón Mª del Valle-Inclán, Jacinto
Benavente y Azorín. Sin embargo, los componentes del grupo
siguieron evoluciones dispares y en general se alejaron de sus
orígenes reformadores y radicales. Es por este motivo por lo que la
existencia de una Generación del 98 ha sido muy discutida y se
prefiere hablar de Grupo del 98.
- Características:
- Los antecedentes del grupo, por su actitud crítica ante el presente, se encuentran en pensadores más que en corrientes literarias: los liberales reformistas o regeneracionistas de finales del siglo XIX.
- La evolución desde posturas juveniles radicales hacia posiciones conservadoras en su madurez: idealismo de Unamuno, escepticismo de Baroja, conservadurismo de Azorín y autoritarismo de Maeztu.
- La denuncia social. La preocupación por los problemas sociales y culturales los conduce a la reflexión sobre la sociedad española: abundancia de descripciones de los pueblos, gentes y forma de vida hispánica.
- EL tema de España surge cuando pretender entender qué define el país, su identidad. Unamuno es quien plantea el tema en términos idealistas: habla del alma de España y la busca de Castilla, a través de su paisaje, sus mitos y sus orígenes históricos y literarios. Interés y revalorización de la literatura castellana primitiva, del paisaje castellano y la identificación entre Castilla y España, que se convierte en tema característico del grupo.
- La crisis de fin de siglo se refleja en las preocupaciones existenciales que plantea el grupo: sentimiento de angustia, desconfianza en la razón e inclinación hacia el subjetivismo. El tema de la voluntad y la abulia se repite en los autores del grupo y en los modernistas.
- La estética del 98 se inclina hacia la sencillez, muy cuidada. Rechazan la retórica ampulosa y el tono casticista, y persiguen una expresión personal, lo que da lugar a estilos muy diversos.
- El género más empleado es el ensayo, que trata sobre temas muy variados: historia, literatura, religión, etc. (Unamuno, Azorín y Maeztu). Destaca la renovación de la novela (Baroja, Unamuno y Azorín)
3.1.3.
AUTORES.
- RUBÉN DARÍO
Encabeza
el movimiento de renovación poética de finales del siglo XIX. Sus
constantes viajes le permitieron difundirlo por toda Europa.
Rubén
Darío poetiza
toda clase de temas,
esos temas del modernismo en general: el mundo clásico grecolatino,
el extremo Oriente, el Versalles dieciochesco, el mundo medieval…
pero es ante todo el poeta del amor. El erotismo necesita de la
imaginación, y por eso aparecen ambientes exóticos. Sin embargo,
como el placer no da la felicidad, en el horizonte del poeta aparecen
el tiempo, la caducidad de lo terreno, el dolor y la muerte.
En
cuanto a las innovaciones
léxica y métricas,
en Darío van a darse en grado máximo todas las características del
modernismo.
En
su producción literaria destacan tres obras: Azul,
Prosas
profanas
y Cantos
de vida y esperanza.
- Azul: Es la primera afirmación del Modernismo literario. La poesía aquí es todavía romántica en su inspiración, en muchos aspectos deudora de Víctor Hugo. Consta de composiciones escritas en verso y en prosa. Hay más innovación en los cuentos y en las prosas poemáticas que en los versos, aunque en la segunda edición de 1890 también en éstos. Se observa ya la variedad de ritmos y metros. En el libro, mezcla de romanticismo y parnasianismo franceses, domina el tono de refinada elegancia, y por todo se ve la delectación en las sensaciones y una gran sensualidad. Por lo que se refiere al título, diremos que el simbolismo del color azul en Darío tendrá una vida muy prolongada. Este color ya lo había usado Martí con anterioridad, tomado de los parnasianos.
- Prosas profanas: La primera edición consta de 33 composiciones; con la segunda, añade 21 más. Está escrito en verso. Con esta obra llega la plenitud modernista y representa el triunfo y la completa castellanización de las formas francesas. LA línea elegante y refinada se consolida en esta obra plagada de princesas, marquesas crueles, cisnes... En este libro Darío ensayó con un inaudito sentido musical toda clase de ritmos. Aquí encontramos todo el muestrario de las innovaciones métricas que Darío aporta: las diferentes combinaciones del endecasílabo, los tercetos monorrítmicos en dodecasílabos, los sonetos alejandrinos.
- Cantos de vida y esperanza: Es la obra cumbre de Darío yen ella presenciamos la crisis del esteticismo de Prosas profanas. Hay una vuelta a la preocupación social y reaparecen, pero con las virtudes de un estilo soberbio, las actitudes de Darío anteriores a Azul: la política, el amor a España, el recelo ante los EEUU. Aquí Darío ha abandonado la obsesión esteticista y busca una poesía más íntima, aunque no abandona la búsqueda de la belleza formal. Darío se inclina reflexivo sobre su propia existencia y pregunta qué es el arte, el placer y el amor, el tiempo, la vida, la muerte, la religión.
- MANUEL MACHADO.
Aunque sus comienzos fueron de indecisión fue uno de los primeros en sumarse a la corriente modernista, de la que adoptará sobre todo la brillantez pictórica y la elegancia descriptiva. La poesía de Manuel Machado se nutre de dos fuentes principales: la raíz popular andaluza y la influencia modernista, a lo que hay que añadir el tono personal, muchas veces decadentista, desengañado y escéptico. Entre sus cualidades poéticas destacan la ligereza, la agilidad, la gracia y la nota coloristas.- ANTONIO MACHADO (1875-1939)
Es
polémica la inclusión de este autor en el grupo del 98, debido a
que su evolución había sido inversa a la del resto de los
componentes de la generación, ya que las ideas de Machado se fueron
radicalizando con el tiempo. Por otro lado, su obra primera se
inscribe dentro de un modernismo intimista. Así, la opinión de la
crítica se divide entre aquellos que lo consideran noventayochista
por los cuatro costados (Díaz-Plaja) y aquellos otros, que señalan
en él una influencia de Rubén Darío.
La
trayectoria poética de Antonio Machado refleja la evolución de la
lírica del momento: del Modernismo a la búsqueda de nuevas formas
expresivas).
POÉTICA
Y TEMÁTICA
El
concepto que Machado tenía de la poesía queda plasmado en
diferentes escritos, especialmente por boca de sus apócrifos Abel
Martín y Juan de Mairena.
La
esencialidad
supone para Machado la primacía de la experiencia vivida sobre la
imaginación creadora, de la vida sobre el arte.
La
temporalidad
ese gran tema de toda su poesía, obliga al poeta a transmitir, no la
idea del tiempo, sino la emoción del tiempo, de ese instante que
pasa.
El
poeta
es un ser solitario y atormentado, más que los demás hombres, por
la duda, la incertidumbre y la angustia. La
poesía
es sentir hondo, expresado con naturalidad para que llegue a todos.
Gusto por la sencillez, la naturalidad y la expresión directa.
La
crítica ha estudiado los principales temas
y símbolos de la poesía machadiana,
que, a pesar de la variedad, hacen de la poesía de Machado una
unidad indivisible, ya que están todos presentes desde el principio
de su producción, variando únicamente la intensidad de su
tratamiento a través de las diversas etapas:
- El tema del tiempo. El tiempo aparece en nuestro poeta de dos formas: o como duración, tránsito, huida de los días, que le hace volver la mirada al pasado, a su propio pasado que muchas veces añora con amargura; o como puro concepto, esquema de reflexión. Esta exacerbada sensibilidad ante lo temporal le produce a Machado una continua angustia y un continuo pensamiento de la muerte; angustia de la que sólo puede protegerse a través de dos caminos: la huida a través del ensueño o el recuerdo, o bien la precipitación en ese tiempo. Para la expresión del pasado del tiempo utiliza Machado diversos símbolos con los que dialoga poéticamente: la mañana, la tarde, la noche, pero hay dos que son constantes a lo largo de su obra: el reloj (que representa el tiempo objetivo) y el agua (símbolo temporal consagrado por la tradición y que puede representar la vida cuando brota, la fugacidad cuando corre, la muerte, cuando está quieta).
- El tema del sueño. Son los sueños de la vigilia, la vigilia soñadora del poeta que tiene para nuestro escritor una función: la de ser la única forma posible de conocimiento. Tenemos que olvidar lo vivido para que, una vez olvidado, pueda surgir desde el fondo de la conciencia convertido en sueño, en una creación personal que es la única capaz de triunfar del olvido.
- El tema del amor. En su teoría la clave es ante todo la sublimación de la mujer. El proceso amoroso en tres momentos: al principio está el despertar del amor, que no tiene todavía objeto al que dirigirse. Más tarde aparece la conciencia del amor y del objeto concreto, pero el amante comprende que no hay una fusión con la amada, sino que ésta será siempre “lo otro”. Como consecuencia, al verdadero amor sólo se llega mediante el recuerdo, pero para llegar al recuerdo se requiere previamente un olvido. Por lo tanto, la mujer no podrá ser criatura poética mientras que no se la olvide, que no se la pierda. Entonces, se la recuerda como un sueño, como una creación apasionada del amante, y surge el verdadero amor que ya no morirá.
- La búsqueda de la realidad, siempre huidiza.
- La angustia de la nada, la cual le fascina, le atormenta, le hostiga desde siempre.
- El aspecto religioso, Machado persigue una relación de verdad entre el hombre y Dios.
Otros
símbolos
de su poesía:
además del reloj y el agua; la noria, que es el pensamiento del
hombre; o el camino, uno de sus símbolos más importantes que
significa la vida, por lo tanto, no está hecho, sino que es un
camino que se hace al andar, al vivir, y cuyo punto final es la
muerte.
En
cuanto a la métrica,
en varias ocasiones Machado declaró su preferencia por las formas
métricas sobrias y sencillas. En su juventud él sólo adoptó
temporalmente algunas de estas novedades, pues rehuyó todo lo que
consideraba artificioso o superfluo.
PRIMERA
ETAPA: LA OBRA MODERNISTA.
La
trayectoria poética de Machado se inicia en la estética modernista
con Soledades.
Su modernismo es un modernismo intimista, con una veta romántica y
un tono simbolista más que parnasiano. Su primer libro de poemas,
Soledades
,galerías
y otros poemas,
se
adscribe al movimiento modernista español y constituye una profunda
meditación sobre los temas del tiempo y la memoria. En ella proclama
una poesía llena de emociones y sentimientos. El poeta se presenta
como un hombre maduro que evoca el sentimiento de la juventud perdida
sin amor. También trata el tema del tiempo, la soledad, la muerte y
Dios.
En
esta primera obra se manifiestan la influencia
modernista
en el ritmo, la rima y la herencia simbolista. A través de la
simbología del paisaje, intenta sugerir la más profundas
sensaciones. Esta influencia se aprecia en la versificación (versos
dodecasílabos y alejandrinos), en el estilo en general:
descriptivismo, léxico innovado o exótico, musicalidad, juegos de
imágenes, metáforas, personificaciones del paisaje y de
abstracciones, etc.
SEGUNDA
ETAPA: CAMPOS
DE CASTILLA
Se
inicia con la publicación de Campos
de Castilla.
Aparece una primera edición en 1912, en la que ya hay algunos poemas
que manifiestan la preocupación del poeta por la situación social
del pueblo en las zonas rurales, una preocupación que va a crecer en
los poemas añadidos a la edición definitiva, que es la que aparece
en las Poesías
completas
de 1917.
Campos
de Castilla
no fue concebido como un libro, sino como una recopilación de
diversas poesías aparecidas en antologías preparadas por Machado.
Este hecho explica la heterogeneidad de la obra.
Con
su llegada a Soria, Machado comienza un período menos intimista y
más historicista, en el que el paisaje soriano cobra gran
protagonismo.
Es
un período en el que se establece una dialéctica entre el espacio
interior – el universo del sentimiento- y el espacio
histórico-social; los campos y gentes de Castilla y la realidad
nacional de España. Se aprecia una mayor madurez del artista y del
pensador, al tiempo que descubrimos una voz más personal y
verdadera.
Se
trata de una poesía marcada por la edad, la reflexión y la
experiencia. Aparece la contemplación del paisaje, ya no sólo como
proyección de un estado de ánimo personal, sino también como
expresión de una realidad nacional e histórica, y la reflexión
teórica sobre la vida, la muerte, la humanidad, la poesía y otros
grandes temas. Es una poesía más descriptiva, que refleja un
paisaje real.
En
esta obra podemos distinguir cuatro núcleos temáticos:
- Soria. El paisaje soriano despierta en el autor diversas sensaciones. Frente a los poemas paisajísticos, simplemente descriptivos y sin carga ideológica, realiza una dura crítica hacia España y su sociedad. Distingue entre la “España del pasado”, épica y gloriosa, y la “españa del presente”, sumida en el desencanto y la falta de ideales.
En
los que los campos de Soria y las orillas del Duero son recogidos con
fidelidad, dado que incluyen un componente subjetivo: el poeta
proyecta en ellos sus propios sentimientos. El paisaje se funde con
el hombre y expresa sus vivencias. Es evidente que esta sensibilidad
le aproxima al 98, a Azorín y a Unamuno. Culminación de esta
primera parte es la serie de poemas “Campos de Soria” en la que
el autor, aún viva su esposa, une los temas de Soria y Leonor.
- Baeza: Desde Baeza, el poeta recuerda con nostalgia el paisaje soriano. Soria se convierte en el recuerdo de la tierra castellana y de Leonor. Su paso por Andalucía le pone en contacto con la España de los latifundios, la pobreza, los caciques y los señoritos. Aparece la crítica social dirigida contra la España ignorante, inmovilista y orgullosa de sus privilegios y valores tradicionales, al tiempo que renace la esperanza de una España nueva, dinámica, reflexiva y emprendedora.
- Proverbios y cantares: son breves meditaciones acerca de los enigmas del hombre y del mundo, en las que se combina lo filosófico y lo popular. Entre los temas tratados destacan la realidad y el sueño, el problema del conocimiento y la verdad, Dios y el amor, el tiempo... .
- Elogios: son catorce poemas dedicados a personalidades como Giner de los Ríos, Rubén Darío, Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Azorín, Valle-Inclán …
Los
temas
que destacan son: el
paisaje, los hombres, evocación y añoranza del amor y la amistad,
la reflexión política y la historia.
El campo castellano proporcionó a Machado la oportunidad de llevar
a cabo algo que hacía tiempo anhelaba: apartarse de la contemplación
de sí mismo. Esta atención que dedica a los habitantes de Castilla,
o más ampliamente, al pueblo español, corresponde a una actitud
característica de los intelectuales del 98. El espectáculo de
desolación que se ofrece a los ojos de Machado en su contemplación
de las altas estepas castellanas, le incita a meditar sobre los
movimientos de la historia, que pueden explicar el estado de
decadencia en que ve a España. Aparece pues, conciencia inmediata
del pasado, rechazo del presente y cautelosa esperanza en el futuro.
TERCERA
ETAPA: NUEVAS
CANCIONES
Y PROVERBIOS
Y CANTARES
-
Nuevas
canciones:
Fue
publicado en 1924 y se trata de composiciones escritas en diversas
épocas. El contenido de la obra recoge a la vez la temática
de los dos libros anteriores:
el paisaje de Castilla y Andalucía, los sueños interiores, el alma
y las reflexiones filosóficas. Vuelve a aparecer la inquietud
existencial de sus primeros poemas, a la vez que se reanuda la
búsqueda incesante del propio yo. Pero también el lenguaje se ha
hecho más contenido, y la expresión de sus estados de ánimo más
discreta y comedida.
-
Proverbios
y cantares:
son continuación de los que ya aparecieron en Campos
de Castilla.
Lo lírico apenas destaca ante lo conceptual. Abundan los
pensamientos paradójicos, herméticos banales. Los hay, sin embargo,
que expresan profundas y acertadas intuiciones filosóficas,
expresiones de su visión metafísica del mundo. Intensifica Machado
su dialéctica de la búsqueda del “otro” complementario, que en
forma de apócrifo aparece en esta última fase de su obra.
CUARTA
ETAPA: ÚLTIMOS
POEMAS
El
poeta después de 1924, se dedica más a la prosa, su producción
poética se toma esporádica y va introduciendo sus nuevos poemas en
las diversas ediciones de sus Poesías
completas.
En esta etapa Machado ha perdido inspiración. En España acaban
imponiéndose las Vanguardias y surgen con fuerza los poetas del 27.
Nuestro poeta se defiende contra las nuevas tendencias que, a su
pesar, tratando de respetarlo, lo engloban.
3.2. NOVECENTISMO
En
los primeros años de 1900, cuando siguen apareciendo en España
obras de plenitud de Unamuno, Baroja o Valle-Inclán, comienzan a
manifestarse los deseos renovadores de los jóvenes escritores.
Eugeni d’Ors habla en Barcelona de “Novecentismo” (frente al
ochocientos) proclamando la necesidad de una renovación cultural.
Esta palabra servirá desde entonces para agrupar a escritores como
Ortega y Gassset, d’Ors, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró,
Ramón Gómez de la Serna, etc., considerándolos como una generación
intermedia entre la del 98-Modernismo y la del 27. Son intelectuales
liberales que pretender modernizar la sociedad y acercarla a Europa.
No
es extraño que se hable de “generación” porque todos ellos
nacen alrededor de 1880, y a todos les marca un hecho histórico
común, la guerra mundial de 1914. Sus preocupaciones estéticas y
formales significan una superación del 98 y del Modernismo, y abren
paso a una auténtica renovación de nuestra literatura, la que fue
llevada a cabo tan brillantemente por la generación del 27.
Como “hijos del 98” participan de la misma inquietud de aquellos
por le problema de España, pero se lo plantean de manera distinta,
despojándose de la angustia y de la honda subjetividad con que sus
mayores la sentían. España ha de europeizarse, piensan, porque es
parte de Europa. Su condición de intelectuales explica quizá el
predominio del ensayo sobre los otros géneros literarios, en
detrimento de la poesía. Observamos en todos ellos un claro
distanciamiento obra de arte-realidad. Es decir, la obra de arte
tiene un valor primordialmente estético, fuera de su posible
relación con la realidad en que el hombre se desenvuelve. Este
distanciamiento es lo que Ortega analizaba en su ensayo La
deshumanización del arte,
como una tendencia al antirrealismo en las nuevas corrientes
literarias. Es interesante destacar la importancia del cine en la
literatura a partir, precisamente, del novecentismo. Los valores
visuales de la poesía se verán reforzados a partir de este momento.
- Características:
- Intelectualismo. Defienden la racionalidad y el rigor intelectual.
- Europeísmo. Propugnan la modernización intelectual del país y su vinculación a la cultura europea. Critican el tradicionalismo y las ambigüedades, al tiempo que plantean la reflexión sobre la sociedad española desde una perspectiva serena y racional.
- Presencia en la vida cultural y política. Aprovechan los resortes del poder (prensa, instituciones y política) para influir en la sociedad.
- Ideal universalista. Muestran su preferencia por la cultura urbana, se opone al ruralismo noventayochista.
- Esteticismo. La obra artística se concibe como un objeto autosuficiente y bello: el arte puro, alejado del sentimentalismo y del realismo. Tienden a un arte sereno y claro, inspirado en los modelos clásicos.
- Preocupación formal. Se admira el rigor intelectual de la obra bien hecha y el arte minoritario e intelectual.
- Los géneros más cultivados son la prosa poética, el ensayo y la poesía.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958)
Fue
contemporáneo de Antonio Machado y Unamuno, pero su obra se
convierte en el nexo entre la primera generación del siglo XX y la
Generación del 27, que lo acogió como maestro. Abrió el camino
hacia una nueva forma de entender la poesía, desnuda de cualquier
sentimentalismo e imperfección. Renovó el panorama poético de
principios del siglo XX.
La
creación poética le permite alcanzar sus anhelos de belleza, de
eternidad y de conocimiento. Combina esteticismo y el ansia de
eternidad. Su obra es un continuo diálogo con la belleza. Su obra
constituye una revolución estética porque acaba con cualquier
influencia anterior y crea un nuevo lenguaje poético. Su evolución
culmina en la poesía pura.
Su
trayectoria poética se divide en tres etapas
fundamentales:
- Sensitiva: desde sus orígenes poéticos hasta 1915. Es una etapa marcada por la influencia de Bécquer, el simbolismo y el Modernismo. Predominan descripciones del paisajes como reflejo del alma del poeta, los parques otoñales y los jardines al atardecer, los sentimientos vagos, la tristeza, la melancolía, la música y el color, los recuerdos y ensueños amorosos. Se trata de una poesía emotiva y sentimental en la que se refleja la sensibilidad del autor a través de la estructura formal. A esta etapa pertenecen: Arias tristes, La soledad sonora.
Con
Arias
tristes
aparece cada vez más claro el acento personal del autor. Este libro
marca el momento de su primera plenitud. En sus poemas se identifica
la poesía con la música por influencia de Verlaine y del simbolismo
francés. También lo cromático tiene mucha importancia. El léxico
es elemental y los recursos que se utilizan muy sencillos:
acumulación, personificación, imprecisión …
Jardines
lejanos
está
formado por romances breves, en un tono lírico de musicalidad
interior, donde late una constante sensualidad, y en los que se
acentúa el profundo sentimiento de la belleza de las cosas. Es mucho
más melancólico que el anterior.
- Intelectual (1916-1936). Su primer viaje a América marca esta segunda etapa, en la que se produce el descubrimiento del mar como tema central. El mar simboliza la vida, la soledad, el gozo, el eterno tiempo presente. Se inicia una evolución espiritual que le lleva a buscar la trascendencia. En su deseo de salvarse ante la muerte, se esfuerza por alcanzar la eternidad, y eso solo puede conseguirlo a través de la belleza y la depuración poética. Suprime la aparatosidad externa y la musicalidad para adentrarse en lo profundo, lo puro, lo esencial. Las obras que pertenecen a esta etapa son: Diario de un poeta recién casado, Piedra y cielo y La estación total.
Diario
de un poeta recién casado.
Lo escribió en prosa y en verso. Aparece ya una poesía desnuda de
ornamento innecesario, de rima; poesía de palabra justa y ceñida al
concepto; poesía abstracta y despojada de anécdota. A partir de
esta época su poesía se hace dificultosa para muchos por su
contenido intelectual. Por el título se podría pensar que es un
libro de amor conseguido; sin embargo, Zenobia aparece poco y casi
nunca en primer plano. Los poemas amorosos son escasos, 22 de un
total de 243.
En
Eternidades
el mismo poeta anuncia su desacuerdo con toda su poesía anterior,
que consideraba
demasiado adornada. Dice que desde ahora su musa será la
inteligencia y su tarea poética captar “el nombre exacto de las
cosas”. Los temas de esta nueva poesía son pocos y desembocan en
un solo tema central: el ansia de eternidad, de totalidad, de
plenitud.
Los
críticos coinciden en que los mejores poemas son los que tratan del
mar. En cuanto al lenguaje, es sencillo y sin adornos; para el poeta
lo más importante es la exactitud, tratar de registrar de la manera
más exacta posible las emociones y las impresiones experimentadas.
Aparece un estilo enumerativo, a base de sustantivos y adjetivos,
pero con pocos verbos. Incorpora el verso libre, los poemas cortos y
el collage, ya usado por los vanguardistas.
- Época suficiente o verdadera (1937-1958). A esta etapa pertenece su obra escrita en el exilio. Continúa preocupado por la búsqueda de la belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia le lleva a identificarse con Dios. Las obras de esta etapa son: Animal de fondo y Dios deseado y deseante. Abandona las formas tradicionales y se libera de toda medida rítmica, de manera que, en los poemas, el verso se alarga hasta lograr la fluidez de la prosa.
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